San Valentín. Ya se que hace unos cuantos días que fue, pero es que sinceramente no me acordé de publicar la receta a tiempo.
Se que muchos odian este día, e incluso las malas lenguas culpan a unos grandes almacenes españoles de crearlo (pero la verdad es que San Valentín ya se remonta a la época de los romanos, aunque os cueste creerlo).
En cambio, los más romanticones, están encantados con este día y lo celebran por todo lo alto.
Cada uno que lo celebre como quiera, o que no lo celebre, pero hacer estos macarons por favorrr!!!
Me lié la manta a la cabeza e intenté hacerlos con forma de corazón, pero vosotros los podéis hacer como os resulte más fácil o como más os guste.
Y esta vez, los hice de aroma de fresa rellenos de una buttercream de fresa, y la verdad que estaban increíbles...
- INGREDIENTES:
125 gr. de clara de huevo "viejas"
110 gr. de almendra molida en polvo
220 gr. de azúcar glass
50 gr. de azúcar blanquilla
unas gotas de extracto de fresas
colorante alimentario rojo
Buttercream de fresa:
150 gr. de azúcar glass
60 gr. de queso crema
60 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
50 gr. de leche condensada
unas gotas de extracto de fresas
colorante alimentario rojo o rosa
Comenzaremos por mezclar muy bien el azúcar glass de los macarons con la almendra molida y lo tamizaremos junto por lo menos 3 veces, desechando los tropezones.
Ponemos las claras a montar (montarán mejor si están a temperatura ambiente) y cuando tengan un aspecto a jabón, incorporamos el azúcar blanquilla y montamos del todo hasta que le demos la vuelta al bol y se mantengan.
Añadimos a las claras el extracto y el colorante, y batimos hasta que tengan el aspecto que nos guste.
Ponemos una cucharada de las claras en el bol de la mezcla de azúcar glass con la almendra molida, y mezclamos con una espátula y movimientos envolventes hasta integrar.
Después añadimos todas las claras e integramos bien, sin batir y con movimientos suaves.
En un papel vegetal y ayudándonos de un molde con forma de corazón, dibujamos unos corazones para tenerlos como guía; después ponemos la masa en una manga, le damos la vuelta al papel y formamos los macarons intentando darles la forma.
Encima de la encimera ponemos un paño y con la bandeja de los macarons damos unos golpes para sacarles el aire (si vemos que se forma alguna burbuja en la superficie, la pinchamos con un palillo).
Dejamos que los macarons se sequen unas dos horas por lo menos; sabremos que están listos cuando suavemente los toquemos y no nos manchen los dedos.
Mientras hacemos la buttercream de fresa; batimos muy bien la mantequilla con el queso crema y cuando no tenga ningún grumo, añadimos el azúcar glass y batimos hasta obtener una crema homogénea.
Por último, añadimos la leche condensada, el extracto de fresas y colorante al gusto; batimos bien, ponemos la buttercream en un manga y a la nevera.
Cuando los macarons estén secos, los metemos al horno frío a 150º y horneamos de 13 a 15 minutos.
Los sacamos del horno, dejamos que se enfríen sin manipularlos y por último los rellenamos con la buttercream que teníamos preparada.
Bue-ní-si-mos!!! De verdad, hacerlos que merece la pena.